jueves, 7 de febrero de 2013

EL DEPORTE Y LA CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES


El deporte es hoy un objeto de estudio sumamente interesante en relación a la construcción de identidades. El deporte se sobreimprime a situaciones identitarias claves: la socialización infantil, la definición de género, la conversación cotidiana, la construcción de colectivos.
Hoy en día el deporte posee un gran peso en la construcción de identidad y la subjetividad. El deporte esta inserto en la vida cotidiana de las personas, genera identidades, interés y temas de conversación, ademas de que es el principal espectáculo masivo. “El deporte se sobreimprime a situaciones identitarias claves: la socialización infantil, la definición de genero, la conversación cotidiana, la construcción de colectivos.” (Albaraces, 2004, pag 41)
En este marco, el deporte se concibe como una nueva y gigantesca herramienta de alineación de masas, y en este sentido, los Juegos Olímpicos constituyen el principal mega evento deportivo que convoca a la mayor cantidad de espectadores frente a un televisor y a la mayor cantidad de público y turistas en la ciudad cede en donde se desarrollan. En este marco, los Juegos no solo conforman un gran espectáculo mediático, sino que además se convierten en un gran negocio que capta la atención de muchos empresarios y que constituyen una gran posibilidad a la ciudad organizadora de transmitir su estilo de vida, sus ideales y promocionarse como ciudad turística y cultural durante el tiempo que dura el evento. En este contexto, el sistema de identidad de los juegos, dentro del cual se encuentran los pictogramas, poseen una importante línea de acción en el desarrollo de las diferentes especialidades y se encuentran también en la boca de todos.
Esto es importante ya que, más allá de que el evento sea transmitido masivamente a todo el mundo, el deporte colabora también a transmitir identidades y valores simbólicos a través de sus prácticas y de los deportistas. Justamente Guedes, siguiendo a Levy Strauss, plantea que “varias dimensiones identitarias son disputadas, negociadas y construidas a través del deporte, una de ellas es la de la nación.”  (48) Fue Hobsbawm uno de los pocos historiadores y analistas del proceso de invención de las naciones modernas en señalar la importancia del rol de los deportes modernos en esa invención, especialmente en la construcción “desde abajo” de los nacionalismos. Justamente Guedes plantea que el deporte es un espacio privilegiado para transmitir ciertos mensajes, ya que considera que el deporte, en mayor o menor medida, es algo que todos practican, que todos conocen y que, en sus diferentes practicas, a todos o a la mayoría les gusta. Es un espacio común en donde no hay diferencia entre clases, ya que frente a la práctica deportiva, somos todos iguales. Es un entretenimiento que fascina y fanatiza, y en ese marco, también se incluyen las relaciones de poder, intereses y mercantilismo. A partir de ello, si los Juegos Olímpicos constituyen el principal mega evento deportivo a nivel mundial, no es necesario aclarar los alcances magníficos que tienen las dos semanas de transmisión televisiva de los Juegos y el interés y fanatismo que despierta en la población mundial. Por ello, un evento deportivo, y mas de la magnitud de los Juegos Olímpicos, es un espacio ideal para vender o imponerse y es allí donde no solo las marcas y grandes empresas entran en juego, sino que el país que organiza el evento, o mas precisamente la ciudad, también aprovecha para mostrarse y venderse al resto del mundo, y es allí donde entra en juego todo el sistema de identidad, que pasa a formar parte de la “publicidad” no solo del evento, sino también de la ciudad, en donde las intenciones de promoción pueden ser muy diversas, ya que no solo puede interesar fomentar la ciudad como un lugar turístico, sino también como potencia a nivel político o económico, generar nuevas relaciones de poder, expandir la economía y el comercio, etc.